miércoles, 30 de julio de 2014

Human.

La canción se reproduce una y otra vez empapando todos tus sentidos pero, sobre todo, tu corazón. Tienes los ojos cerrados para intentar reprimir todo lo que puedes las lágrimas que nacen de tus ojos sin control.


But I'm only human
And I bleed when I fall down.

Recuerdas perfectamente el día en que escuchaste por primera vez esta canción porque es uno de los muchos recuerdos que te quedan de él.

Habéis quedado en unos minutos en el mismo sitio de siempre, el banco que hay debajo de tu casa. Te miras al espejo por última vez y retocas tu brillo de labios tras recolocar los pequeños tirabuzones que has decidido horas atrás hacerte. Coges tu bolso y gritas un 'adiós' a la vez que sales de casa. Ahí está. Viste unas bermudas de color vaquero desteñido, una de sus camisas blancas y sus desgastadas Vans. Está igual de guapo que siempre. Corres hacia él con cuidado de que no se te levante el vestido de seda blanco que llevas y te lanzas a sus brazos regalándole un beso apasionado.

-Estás preciosa, mi niña.
-¿Tú crees? -le preguntas coqueta dando una vuelta sobre ti misma agarrada a su mano.
-No lo creo, es que es así.
-Gracias, mi niño. Tú también estás guapísimo.

Y, tras ese pequeño diálogo, os cogéis de la mano y camináis entre risas y besos hacia la heladería que se encuentra a unos metros.

-¿Qué quieren tomar? -os pregunta educadamente una de las camareras del local
-Un batido de chocolate, por favor.
-Para mí otro.
-¿Algo más?
-No, gracias.

La camarera regresa por donde ha venido y os quedáis solos de nuevo. Te coge las manos cuidadosamente y las envuelve con las suyas realizando ese gesto que a ti tanto te gusta. Entonces oyes los acordes de una canción desconocida para ti y cierras los ojos dejándote llevar por ella.

-Es preciosa -susurras abriendo los ojos para toparte con su tierna mirada.
-Tanto como lo eres tú.
-Te quiero.
-Yo también te quiero, mi niña. Gracias por aparecer en mi vida.

Your words in my head, knives in my heart.

Lloras y lloras sin parar creyendo que así podrás borrar su recuerdo de tu corazón y tu alma, pero sabes que es imposible mientras esta canción siga sonando sin parar, y siempre lo hará, porque, aunque la dejes de reproducir en tu móvil, seguirá haciéndolo en tu corazón. Y, tal vez, sea eso lo que más daño te hace después de todo, su recuerdo imborrable.

I can do it.
I can do it.
I can do it.

Sí, puedes hacerlo, puedes olvidarle.No ahora mismo, pero con el paso del tiempo lo conseguirás. Necesitas hacerlo, necesitas reconstruirte poco a poco para rehacer tu vida y, si no le olvidas, no lograrás conseguirlo porque su recuerdo derrumbará cada pequeña reconstrucción de ti misma impidiéndote avanzar.

La canción acaba por undécima vez y, haciéndote la fuerte, pausas el reproductor. Secas tus lágrimas con fuerza y respiras hondo a la vez que te levantas de la cama para mirarte en el espejo del cuarto de baño. Estás hecha un monstruito, así que decides darte una ducha rápida para después arreglarte con un chándal y, tras coger una caja que guardas en el cajón de tu mesilla, sales corriendo hacia el mirador de la ciudad. Cuando llegas ya ha anochecido, pero te da igual, así la luna será testigo del gran paso que vas a dar para librarte de su recuerdo, de él. Tomas aire y abres la caja con decisión. Sacas la primera foto y la observas, fue la primera foto que os tomasteis juntos y ambos aparecéis en ella con una sonrisa que tú ya no conservas.

-Es el momento -te dices a ti misma a la vez que prendes el mechero y lo acercas a la foto para que la llama se extienda a ella. Contemplas cómo el fuego se va adueñando de ese recuerdo haciéndolo borroso y piensas que ojalá tu mente pudiera borrar los recuerdos con tantísima facilidad. Sueltas la foto y dejas que el viento se lleve con él el comienzo de una historia de amor que nunca debía de haber comenzado.

El tiempo trascurre a la vez que las fotos van desapareciendo poco a poco hasta llegar a la última y más reciente. Esa fue tomada el día en que cumplíais nueve meses, unos días antes de vuestra ruptura. Ambos estáis sonriendo, pero la mirada de él se encuentra apagada, tal vez era porque ya en ese momento sabía que todo iba a acabar muy pronto. Sacas ese pensamiento doloroso de tu mente y tomas un impulso que te cuesta lágrimas de dolor para quemar la foto. Ya está, ya has dado el primer paso para ser feliz, ahora solo te queda seguir luchando por esa felicidad que parece imposible de alcanzar.

Canción: Christina Perri - Human

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