Luna.
Luna está oculta
bajo el manto de cristal
que forman al surcar el cielo nocturno
los mismos aviones
que, durante el día,
apagan en determinados momentos
el brillo de la estrella
que hace competencia
a la escasa luz que desprende
tras las cientos caídas
que lleva vividas
en su escaso período de vida
y que han absorbido
sus ganas nulas de sacar fuerzas
para volverse a levantar
y ganarle,
por una vez,
la partida a los monstruos
y rotos
que no dejan respirar
a su corazón
lleno de vendas,
puntos de sutura,
hilos
y agujas
que intentan cerrar,
sin éxito alguno,
todos esos precipicios
que se profundizan
con cada sístole
y diástole
que continúa bailando
la quimera
de su risa extinguida,
de esa de la que solo quedan
pruebas de su existencia
en las fotografías de cuando era niña,
pues ahora su rostro
se ha llenado de lluvia
y margaritas deshojadas
que gritan un "no"
a su cabeza
mientras su vacío izquierdo
recibe un "sí"
que la hace revivir
aunque solo sea durante unos tímidos segundos.
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