domingo, 19 de abril de 2015

Luna. (V)

Luna nueva.

Luna se ha precipitado al vacío 
sin tan siquiera poseer seguro contra accidentes 
contra bocas que roban todo ápice de cordura, 
o una coraza en todas sus facultades vitales 
que fuese capaz de temer a aquella mirada enloquecedora 
en vez de temblar, dejarse llevar por ella 
a aquel mundo de ensueño 
de Alicia en el País de las Maravillas, 
y despertar cayendo de golpe 
contra una realidad monocromática en grises. 
Ha perdido su brillo, 
se ha consumido cual último rayo de primavera 
devorado por un día de invierno traspapelado 
que termina haciéndose con todas esas ruinas 
que bailan al compás de la lluvia 
que empieza a inundar grietas reabiertas 
a base de tequila, sal y limón tras una barra de bar 
con la música a volúmenes ensordecedores 
que consigue hacerle escuchar 
su apagado bombeo 
y sus crecientes hilos desatados 
sacando a flote 
demonios que creía tan enterrados 
como su felicidad. 
Luna, ahora, tan solo es un fantasma 
de lo que antaño fue 
y ya no es 
porque unos ojos negros se lo han llevado con ellos 
y lo han arrojado a las vías de tren 
para que, el sonido de su risa 
en cuellos ajenos, 
sea quien produzca el atropello 
de aquella chica alegre 
y su malherido corazón. 
El cielo esta desierto de luminosidad 
y Luna camina por él sin rumbo fijo 
y dando traspiés 
que la conducen al borde del abismo 
sin que haya allí nadie 
capaz de hacerla frenar. 
Mira hacia abajo y ríe estrepitosamente 
sin saber si es 
por el vértigo que ha recorrido 
todo su cuerpo, 
o por haberse encontrado con el reflejo 
de cuando era Luna llena allí abajo. 
Remienda sus alas 
y se lanza 
en busca de su brillo perdido 
en las fauces de unos ojos-abismo.

1 comentario:

  1. Con ese fondo básicamente no se lee lo que has escrito y realmente es una pena, te aconsejo que lo cambies, muchos besos, me encanta como escribes

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